7 Discusión y Conclusiones
La pregunta sobre qué lleva a las personas a justificar la violencia es una interrogante que ocupa a filósofos y científicos sociales hace décadas. En la literatura empírica se han ofrecido tres explicaciones. La primera es que quienes pertenecen a grupos desaventajados tienden a justificar actos violentos que buscan generar algún cambio en las estructuras jerárquicas de la sociedad. La segunda es que quienes poseen ideologías más cercanas al autoritarismo o a la dominancia social, tienden a justificar más la violencia que mantiene el status quo. La tercera es que quienes perciben que son tratados de manera injusta, legitiman menos a las autoridades y, por ende, justifican menos la violencia que estas ejerzan. Esta última explicación es la que ha recibido más desarrollo en el último tiempo, relevando el rol que tiene sentir injusticia en el trato en la justificación de la violencia. Sin embargo, en el presente estudio se ha partido de la premisa que la justicia no es un concepto unidimensional, sino uno multidimensional. A raíz de ello, se ha propuesto integrar a la justicia distributiva como una dimensión relevante para explicar las dinámicas de la justificación de la violencia. La pregunta que ha guiado el estudio es: ¿Cuál es la relación entre el sentido de injusticia distributiva y la justificación de la violencia?
A fin de responder la pregunta, se han puesto a prueba dos grandes hipótesis. La primera es que el sentido de injusticia tiene un efecto directo en la justificación de la violencia, donde quienes evalúan más injusticia en la distribución de ingresos (H1a) justifican más la violencia por el cambio social y quienes evalúan menos injusticia en la distribución de ingresos, justifican más la violencia por el control social (H1b). La segunda es que el sentido de injusticia también posee un efecto moderador, es decir, cuando individuos que pertenecen a grupos desaventajados evalúan más injusticia en la distribución de ingresos, justifican más la violencia por el cambio social (H2a) y menos por el control social (H2b). Los resultados de este estudio entregan evidencia para sostener la existencia de un efecto directo del sentido de injusticia (H1a y H1b) y evidencia contraria para el efecto moderador del sentido de injusticia (H2a y H2b).