7.2 Aportes Específicos
Además de los aportes generales, los hallazgos de esta investigación permiten discutir aportes específicos a la literatura. En esta investigación se han estudiado dos situaciones de justificación de la violencia. Una donde la violencia se ejerce desde manifestantes hacia carabineros denominada, según la literatura, violencia por el cambio social y otra donde la violencia se ejerce desde carabineros hacia manifestantes, denominada como violencia por el control social. Para ambas situaciones, se indagó en el efecto que tenía el sentido de injusticia, utilizando tres indicadores: la evaluación de la distribución de ingresos del entrevistado, la de un gerente de una gran empresa y la de un obrero no calificado. Según los resultados de este estudio, los efectos de cada indicador varían según la situación de violencia que se justifica y las variables de control que se consideran. Por ende, los hallazgos invitan a discutir estas diferencias, las cuales pueden dar luces al estudio de la relación entre la injusticia distributiva y la justificación de la violencia.
7.2.1 Sentido de Injusticia en los Gerentes y Violencia por el Cambio Social (H1a)
En lo que respecta a la violencia por el cambio social, las únicas evaluaciones de justicia que resultaron significativas fueron las de la figura del gerente de una gran empresa. Este hallazgo implica que, independiente de la pertenencia a grupos desaventajados, la ideología y las percepciones de justicia en el trato, quienes consideran que los gerentes están injustamente sobre recompensados justifican más la violencia por el cambio social. El hecho de que este indicador haya resultado significativo y no otro sugiere que cuando la injusticia distributiva figura como una razón para justificar la violencia por cambios sociales, los individuos no observan hacia la situación de los potencialmente más desfavorecidos, sino que a la situación de los más poderosos en la sociedad. Considerando que también se puso a prueba el efecto del sentido de injusticia en los ingresos del entrevistado y de un obrero, los resultados invitan a reflexionar que lo que motiva a justificar la violencia por cambios en la sociedad no es la situación de injusticia de los más desfavorecidos, ni tampoco la injusticia en la situación propia, sino que es la injusticia que emerge al evaluar la situación de las figuras con más poder en la sociedad.
Este hallazgo específico se puede comprender mejor tomando en consideración el contexto del país en el que se efectúa el estudio. Considerando que los datos fueron recopilados en los meses posteriores al estallido social, se podría argumentar que los resultados encarnan gran parte de lo que fue el detonante de las protestas del 2019: un sentimiento de descontento generalizado respecto a la situación de las élites del país. Dentro de la opinión pública del 2019, circulaba la lectura que ciertos discursos o acciones de parte de la clase política y económica actuaron cómo antecedentes y gatillantes de las movilizaciones. Por ejemplo, las frases del ministro Felipe Larraín sobre el precio de las flores, las del ministro Juan Andrés Fontaine sobre los horarios del metro o el caso del presidente de Gasco sobre la propiedad de las playas (Claro, 2019; Jiménez-Yañez, 2020; Tapia, 2020). Considerando esta lectura, es que se puede insertar el hallazgo sobre el efecto del sentido de injusticia del gerente dentro de una interpretación más general, donde es la injusticia que se genera al evaluar la situación de los de arriba la que podría actuar como una razón para que los chilenos justifiquen tácticas violentas para generar cambios en esas situaciones.
7.2.2 Sentido de Injusticia en los Obreros y Violencia por el Control Social (H1b)
El segundo hallazgo específico a discutir es el efecto del sentido de injusticia del obrero en la justificación de la violencia por el control social. Los resultados de este estudio mostraron que, en el caso de la justificación de la violencia por el control social, el único indicador que resultó significativo fue la evaluación de injusticia en la distribución de ingresos de los obreros, donde a menor injusticia se evaluaba, más se justificaba que carabineros usarán la violencia como forma de controlar protestas. Considerando el contexto de Chile post-estallido social, este hallazgo sugiere que una de las razones para justificar el uso de tácticas represivas de parte de carabineros es evaluar que la situación de los más desfavorecidos es justa. Si se lleva este hallazgo a una interpretación más general, se podría argumentar que quienes justifican la violencia de carabineros basados en sus evaluaciones de justicia distributiva siguen una lógica racional. Es decir, existe un discurso racional en donde, si es que no hay algo negativo (i.e injusticia) en la situación de los más desfavorecidos, entonces no hay una razón por la cual se deban generar cambios y por ende, se ha de mantener el status quo, incluso si eso implica el uso de tácticas represivas.
No obstante, el efecto de las variables de control muestra diferencias interesantes en esta relación. A partir del análisis multivariado, se observó que el efecto de las variables de control cambia de acuerdo con la situación de violencia que se está evaluando. Por un lado, cuando la situación a evaluar corresponde a que carabineros usara la fuerza para desalojar liceos en toma, el efecto del sentido de injusticia del obrero se mantuvo pese a incluir los controles relevantes por literatura. En cambio, cuando la situación a evaluar corresponde a que carabineros repriman marchas pacíficas, el efecto del sentido de injusticia del obrero perdió significancia al incluir el efecto de ideologías autoritarias y de dominancia social. Este hallazgo se puede interpretar tomando en cuenta el criterio de proporcionalidad en la situación de violencia. La proporcionalidad corresponde a una relación entre la violencia que se utiliza para controlar una situación y el potencial daño que ofrece la situación original (Bufacchi, 2007; Wells, 1970). Por ejemplo, el protocolo de carabineros vigente señala que el uso de armas semi-letales como escopetas antidisturbios solo se justifica si es que la vida del carabinero está en riesgo (Fernández, 2019). En el caso de las situaciones estudiadas en este trabajo, que carabineros utilicen tácticas de represión en una marcha pacífica, sugiere una situación de uso excesivo de la fuerza o, dicho de otra forma, desproporcionalidad en el uso de la violencia.
Tomando en consideración el criterio de proporcionalidad en la situación de violencia, no es sorpresa que el efecto del sentido de injusticia se haya perdido al considerar el efecto de las ideologías autoritarias y de dominancia social. En la literatura empírica, existe evidencia para sostener que individuos con actitudes más autoritarias y/o ideologías más cercanas a la dominancia social, tienden a justificar más el uso excesivo de la fuerza, en contraste, a su uso proporcional o razonable (Gerber & Jackson, 2016). Los hallazgos del presente estudio entregan evidencia que va en línea con los resultados de Gerber & Jackson (2016): cuando la situación de violencia que se evalúa se puede clasificar como excesiva, la evaluación de justicia en la situación de los más desfavorecidos deja de ser un factor relevante una vez se consideran las características ideológicas de los individuos. En términos sustantivos, la lógica racional que aplican los individuos al justificar la represión policial en función de la situación de justicia de los más desfavorecidos no aplica cuando la situación de violencia puede ser calificada como excesiva. En estos casos, solo son aquellos sujetos más autoritarios o dominantes los que se mantendrían justificando estas situaciones.
7.2.3 Sentido de Injusticia, Grupos desaventajados y Justificación de la Violencia (H2a y H2b)
A partir de los antecedentes revisados, se propuso que el sentido de injusticia distributiva jugaría un rol moderador en que individuos de grupos desaventajados justificaran más la violencia por el cambio social y menos por el control social. Esta idea fue puesta a prueba a partir de las hipótesis H2a y H2b, tomando como pertenencia a grupos desaventajados individuos con las siguientes características: ser mujer, tener bajos ingresos, estar insatisfecho con los ingresos, pertenecer al pueblo Mapuche y tener bajo nivel educacional. Los resultados mostraron efectos contrarios a los esperados para el caso de las mujeres, la insatisfacción con los ingresos y los ingresos bajos.
En el caso de la hipótesis H2a, se esperaba que mujeres e individuos insatisfechos con sus ingresos justificarán más la violencia por el cambio social a medida que evaluarán más injusticia. No obstante, se encontró que las mujeres justificaban menos la violencia que los hombres, diferencia que se acrecentaba a medida que se evaluaba más injusticia. Así también, se encontró que quienes se sentían totalmente insatisfechos con sus ingresos justificaban más la violencia que quienes se sentían totalmente satisfechos, pero esta diferencia se atenúa a medida que se evaluaba más injusticia. A fin de interpretar estos efectos contrarios se ofrece una explicación, a este punto especulativa, la cual podría ser abordada en estudios futuros.
La explicación que se puede entregar para estos efectos contrarios es que las características puestas a prueba (i.e. sexo y satisfacción con los ingresos) no necesariamente representan la pertenencia a grupos desaventajados, por lo que no seguirían la tendencia que se esperaría según el razonamiento en base a la literatura previa (Barrington Moore, 1978; Gurr, 1970; Runciman, 1966). Es decir, el comportamiento de las mujeres o de quienes se sienten insatisfechos con sus ingresos podría ser distinto del que se esperaría de alguien perteneciente a un grupo desaventajado, porque refieren a otro tipo de desventaja a la que hasta ahora ha estudiado o no caben dentro de esta categoría. Por ejemplo, en el caso de las mujeres, la literatura previa ha mostrado que estas tienden a justificar menos la violencia que los hombres, independiente de cuál sea el propósito, ya que los hombres suelen tener más disposición a actitudes agresivas y/o violentas (Gerber, Carvacho, et al., 2017). Considerando este antecedente, el resultado de este estudio se comprende mejor si pone como foco de análisis a los hombres: los hombres suelen justificar más la violencia por el cambio social que las mujeres a medida que evalúan más injusticia distributiva. En el caso de la insatisfacción con los ingresos, la interpretación es similar. Esta característica podría no ser representativa de lo que, en la literatura sobre justificación de la violencia se puede englobar como pertenencia a grupos desaventajados, por lo que los efectos podrían no seguir la lógica planteada. Futuros estudios pueden abordar este efecto, determinando si los hallazgos corresponden, efectivamente, a una diferencia en el razonamiento teórico y el uso de indicadores o si existen razones sustantivas por las que los efectos podrían variar.
En el caso de la hipótesis H2b, se esperaba que a medida que disminuyeran los ingresos de los entrevistados, menos se justificaría la violencia por el control social (i.e. desalojo de liceos en toma), relación que se vería acrecentada a medida que aumentaran las evaluaciones de injusticia. No obstante, se encontró que las evaluaciones de injusticia atenúan esta relación. Este hallazgo se puede explicar, especulativamente hasta este punto, considerando la poca coincidencia de los actores insertos en los indicadores. Sustantivamente, el indicador del sentido de injusticia para los obreros representa que tan injusta se considera que es la distribución de ingresos de los obreros. En cambio, el indicador de violencia por el control social representa qué tanto se justifica que carabineros desaloje tomas estudiantiles a la fuerza. Si se toman en consideración a los actores en cada situación, tiene lógica que un individuo de bajos ingresos que evalúa alta injusticia en la situación de los obreros no necesariamente apoya una toma estudiantil, ya que no hay una identificación asegurada entre obreros y estudiantes. Esto se sustenta en los hallazgos en la agenda que plantean que las justificaciones de violencia de ciertos individuos se ven mediadas por la identificación con su grupo (Gerber, González, et al., 2017; Gerber, Figueiredo, et al., 2021). Por ende, se podría proponer que si la situación de violencia si permitiera una identificación entre grupos (e.g. que la situación de violencia favorece o no a obreros), el sentido de injusticia podría seguir el rol esperado. Estudios futuros pueden profundizar y afinar las mediciones, considerando la coincidencia entre actores, y así poder esclarecer estos efectos contrarios